Durante los últimos meses ha ido en crecimiento una crisis energética que va a tener consecuencias a gran escala. Como resultado estamos ante un aumento de los precios de la electricidad y el gas, que con la llegada del invierno supondrá un gran gasto en las facturas de las familias y de las empresas considerable.

En el caso del gas, que es en invierno cuando más se utiliza, su precio se ha multiplicado más de tres veces en lo que va de año.

El mercado da por hecho que la escalada de precios no dará una tregua al menos hasta primavera y avisa de que se avecinan unos meses muy complicados.

¿Por qué estamos en esta situación con el gas?

Según explican en la asociación española del gas, dicen que son varios los factores que han provocado la situación y están correlacionados. Derivados de las dinámicas de oferta y demanda de los mercadoscambio de una caldera de gas por un sistema de aerotermia globales de la energía. Debido a un fuerte crecimiento de la actividad económica, que demanda más energía para sostener la recuperación tras el fin de las restricciones provocadas por la pandemia, y una oferta disponible menor de la esperada. Sumado a los factores climáticos sucedidos en todo el mundo estos últimos meses.

¿Qué implicaciones tendrá en los hogares y las empresas?

Todo esto se traduce en una reducción de la capacidad adquisitiva de los consumidores, que ahora pagan más en sus facturas de gas, por lo que reducirán su consumo de otros bienes y servicios. A todo esto se suma la subida de la inflación, con lo que los cálculos son de que los hogares deberán hacer un sobrecoste anual de más de 800 euros.

Mientras que para las empresas las subidas de los precios de la luz y el gas reducirá los márgenes empresariales lo que frenará el crecimiento de la actividad económica y una posible parada productiva con el fin de no asumir tanto gasto. Lo que se puede reflejar en reducción de salario de los empleados o reducción de plantillas.

¿Qué hacer para asumir menos consumo de gas o electricidad?

Como bien dice el titulo de este post, es un buen momento para cambiar las calderas de gas por el sistema de aerotermia, tanto en hogares como en empresas.

El cambio de una caldera de gas por un sistema de aerotermia puede suponer hasta un 30% de ahorro o incluso más si se añade la instalación de placas fotovoltaicas. Un gran cambio que supondrá un alivio tanto para las familias como para las empresas. Además de esta mejora, el sistema de aerotermia requiere un menor mantenimiento que las calderas y se tratar de un sistema eficiente que aporta bajas emisiones de CO2 se consigue una certificación de eficiencia energética.